-Vaya Miriam, por fin vienes, estábamos preocupados por ti, ¿porqué te has retrasado tanto? -dijo Andreea preocupada.
En cuanto vi entrar a Miriam, salí de mis pensamientos y me centré en la pequeña que traía cogida de la mano.
-Lo siento, le había traído la cena a David y a Nathan ya que no les gustaba la cena del hospital, que por cierto, os mandan saludos.
-Hola Mery -Carlos abrió los brazos para darle un abrazo y la pequeña fue corriendo hacia él.
No cabía duda, Mery era hija de Carlos y Miriam, ¿o a caso me equivocaba? Reuní a Miriam para hablar con ella solas y se lo pregunté.
-Mir, ¿quién es Mery?
-¿Mery? -me miró y asentí- tan solo es una sobrina mía, que se había encariñado mucho con David y David con ella. ¿Porqué lo dices?
-No, por nada -miré a Mery- yo pensaba que... en fin, da igual.
-_____ de verdad, dimelo, no me importa.
-Pues aquella noche que te acostaste con Carlos, ¿recuerdas?
-Sí, pero eso fue una equivocación, además, ya es pasado.
-Ya, pero quedaste embarazada y pensé que Mery sería tu hija, como nada más entrar fue hacia los brazos de Carlos...
Miriam se hechó a reír.
-Lo del embarazo no te preocupes, todo fue una falsa alarma, al parecer el test dio positivo, pero en verdad, no estaba embarazada, tan solo fue un error y Mery va con Carlos porque el le da a veces chocolate, ya sabes... -nos reímos.
{...}
***Narra David***
-¿Sabes Nathan? Me parece increíble que nos hayan dado el alta y no haya nadie esperándonos.
-Tal vez no lo sabían.
-Sí lo sabían, a parte que ayer se lo recordé a Miriam otra vez.
-Hey chicos, ¿que tal estáis? -era Blas, se acercó y nos abrazó.
-¿Y los demás? -pregunté confundido.
-No te lo vas a creer, pero se quedaron sin gasolina a mitad de camino y se quedaron tirados en la carretera. Ya sabes como es Dani, hasta que no se le vacía el depósito no lo vuelve a llenar y pasa lo que pasa -Blas nos miró de arriba a abajo- ¿lo tenéis todo?
-Sí, creo que sí -contestó Nathan.
-Perfecto, vayámonos.
-¿Pero y los demás?
-No te preocupes.
Bajamos y al parecer, nos estaba esperando un taxi. Entramos y Blas se quedó fuera.
-Oíd -se asomó por la ventana del taxi- en casa tenéis ropa nueva que os hemos comprado, probárosla y arreglaros, a las nueve pasan a por vosotros así que estad preparados. Ducharos, arreglaros, perfumaros y esas cosas, que esta noche tenéis que estar guapos.
-Pero Bla...
-Adiós, chicos -me interrumpió- sed puntuales, ¿eh? -señaló su reloj.
El taxi arrancó y no nos dio tiempo a preguntar a que se debía todo esto, ¿que tramaba Blas? o peor, ¿que tramaban todos?
***Narra Gema***
-Venga, sólo faltan diez minutos para las nueve y están a punto de llegar. Bryan, el ponche colócalo en la mesa del mantel rojo, en el centro y tu James, pon en marcha las fuentes de chocolate y servid los aperitivos sobre la mesa ya.
-Gema, ya han llegado todos, solo faltan ellos, estarán por venir.
-Pf Rocío, llevo un estrés con todos los preparativos...
-Tranquila, Miriam y Andreea se están ocupando de la música y el dj mientras que los otros ya han acabado con su parte.
-¡Ya vienen, ya vienen! -gritaron todos al ver la limusina que los traía.
-Vamos rápido, ¡todos enfrente de la piscina!
David y Nathan salieron de la limusina
-¡SORPRESA! -dijeron todos al unisono a la vez que se encendían todas las luces de la fiesta y la música empezaba a sonar a alto volumen.
-¡Que guapos estáis dios mío! -dijo Miriam saludándoles y dándoles un abrazo a cada uno.
Todo el mundo se tiró a saludarles y abrazarles.
-¡Que empiece la fiesta! ¿no? -gritó Carlos.
-¡Sí! -gritaron todos con energía.
En la fiesta albergaban luces cálidas al rededor de la gran piscina y el jacuzzi, mientras que en la zona de la disco móvil se encontraban Oscar Martínez y Álvaro Rei
na. La piscina y el jacuzzi estaba abarrotada de gente y las fuentes del chocolate rodeadas de gente.
Nathan y David estaban recostados en la tumbona, frente a la piscina tomándose el agua del coco que tenían entre manos.
De repente, se rodearon de gente, entre ellos Miriam, Andreea, Evelyn, Blas, Álvaro, Carlos, Dani, Rocío y _____.
-¿Os gusta vuestra fiesta sorpesa? -preguntó Miriam.
-¡Nos encanta! -dijeron ambos al unisono y dando un sorbo a su agua de coco.
-Pues ahora os gustará aún más -dijo Carlos con picardía.
Todos se miraron entre sí y cogieron ambas amacas y tirándolos a la piscina con ropa incluida.
-¡Mi agua de coco! Que todavía me quedaba la mitad por beber -dijo David con cara de niño indignado.
Todos acabaron en la piscina tirándose unos a otros hasta con ropa y zapatos.
La noche iba genial y pronto recibiríamos una visita de alguien muy especial para todos.
-Gema, ya está ahí. ¿le digo que pase? -dijo James, uno de los camareros.
-Vaya, por fin llega y si, por supuesto, dile que pase, le estábamos esperando -dije con una gran sonrisa.
En cuanto vi entrar a Miriam, salí de mis pensamientos y me centré en la pequeña que traía cogida de la mano.
-Lo siento, le había traído la cena a David y a Nathan ya que no les gustaba la cena del hospital, que por cierto, os mandan saludos.
-Hola Mery -Carlos abrió los brazos para darle un abrazo y la pequeña fue corriendo hacia él.
No cabía duda, Mery era hija de Carlos y Miriam, ¿o a caso me equivocaba? Reuní a Miriam para hablar con ella solas y se lo pregunté.
-Mir, ¿quién es Mery?
-¿Mery? -me miró y asentí- tan solo es una sobrina mía, que se había encariñado mucho con David y David con ella. ¿Porqué lo dices?
-No, por nada -miré a Mery- yo pensaba que... en fin, da igual.
-_____ de verdad, dimelo, no me importa.
-Pues aquella noche que te acostaste con Carlos, ¿recuerdas?
-Sí, pero eso fue una equivocación, además, ya es pasado.
-Ya, pero quedaste embarazada y pensé que Mery sería tu hija, como nada más entrar fue hacia los brazos de Carlos...
Miriam se hechó a reír.
-Lo del embarazo no te preocupes, todo fue una falsa alarma, al parecer el test dio positivo, pero en verdad, no estaba embarazada, tan solo fue un error y Mery va con Carlos porque el le da a veces chocolate, ya sabes... -nos reímos.
{...}
***Narra David***
-¿Sabes Nathan? Me parece increíble que nos hayan dado el alta y no haya nadie esperándonos.
-Tal vez no lo sabían.
-Sí lo sabían, a parte que ayer se lo recordé a Miriam otra vez.
-Hey chicos, ¿que tal estáis? -era Blas, se acercó y nos abrazó.
-¿Y los demás? -pregunté confundido.
-No te lo vas a creer, pero se quedaron sin gasolina a mitad de camino y se quedaron tirados en la carretera. Ya sabes como es Dani, hasta que no se le vacía el depósito no lo vuelve a llenar y pasa lo que pasa -Blas nos miró de arriba a abajo- ¿lo tenéis todo?
-Sí, creo que sí -contestó Nathan.
-Perfecto, vayámonos.
-¿Pero y los demás?
-No te preocupes.
Bajamos y al parecer, nos estaba esperando un taxi. Entramos y Blas se quedó fuera.
-Oíd -se asomó por la ventana del taxi- en casa tenéis ropa nueva que os hemos comprado, probárosla y arreglaros, a las nueve pasan a por vosotros así que estad preparados. Ducharos, arreglaros, perfumaros y esas cosas, que esta noche tenéis que estar guapos.
-Pero Bla...
-Adiós, chicos -me interrumpió- sed puntuales, ¿eh? -señaló su reloj.
El taxi arrancó y no nos dio tiempo a preguntar a que se debía todo esto, ¿que tramaba Blas? o peor, ¿que tramaban todos?
***Narra Gema***
-Venga, sólo faltan diez minutos para las nueve y están a punto de llegar. Bryan, el ponche colócalo en la mesa del mantel rojo, en el centro y tu James, pon en marcha las fuentes de chocolate y servid los aperitivos sobre la mesa ya.
-Gema, ya han llegado todos, solo faltan ellos, estarán por venir.
-Pf Rocío, llevo un estrés con todos los preparativos...
-Tranquila, Miriam y Andreea se están ocupando de la música y el dj mientras que los otros ya han acabado con su parte.
-¡Ya vienen, ya vienen! -gritaron todos al ver la limusina que los traía.
-Vamos rápido, ¡todos enfrente de la piscina!
David y Nathan salieron de la limusina
-¡SORPRESA! -dijeron todos al unisono a la vez que se encendían todas las luces de la fiesta y la música empezaba a sonar a alto volumen.
-¡Que guapos estáis dios mío! -dijo Miriam saludándoles y dándoles un abrazo a cada uno.
Todo el mundo se tiró a saludarles y abrazarles.
-¡Que empiece la fiesta! ¿no? -gritó Carlos.
-¡Sí! -gritaron todos con energía.
En la fiesta albergaban luces cálidas al rededor de la gran piscina y el jacuzzi, mientras que en la zona de la disco móvil se encontraban Oscar Martínez y Álvaro Rei
na. La piscina y el jacuzzi estaba abarrotada de gente y las fuentes del chocolate rodeadas de gente.
Nathan y David estaban recostados en la tumbona, frente a la piscina tomándose el agua del coco que tenían entre manos.
De repente, se rodearon de gente, entre ellos Miriam, Andreea, Evelyn, Blas, Álvaro, Carlos, Dani, Rocío y _____.
-¿Os gusta vuestra fiesta sorpesa? -preguntó Miriam.
-¡Nos encanta! -dijeron ambos al unisono y dando un sorbo a su agua de coco.
-Pues ahora os gustará aún más -dijo Carlos con picardía.
Todos se miraron entre sí y cogieron ambas amacas y tirándolos a la piscina con ropa incluida.
-¡Mi agua de coco! Que todavía me quedaba la mitad por beber -dijo David con cara de niño indignado.
Todos acabaron en la piscina tirándose unos a otros hasta con ropa y zapatos.
La noche iba genial y pronto recibiríamos una visita de alguien muy especial para todos.
-Gema, ya está ahí. ¿le digo que pase? -dijo James, uno de los camareros.
-Vaya, por fin llega y si, por supuesto, dile que pase, le estábamos esperando -dije con una gran sonrisa.
